La Audiencia provincial de Cáceres ha considerado culpable de homicidio imprudente menos grave al policía acusado de matar a un preso que se dio a la fuga cuando era trasladado a los Juzgados de la capital cacereña.
La sentencia, que cuenta con un voto particular, le condena al pago de una multa de seis meses a razón de 15 euros al día y al pago de una indemnización a los familiares (los padres y un hermano) del finado de 108.00 euros, declarándose responsable civil subsidiario el Estado.
En la sentencia la Audiencia considera probado que el 2 de marzo de 2018, cuando se encontraba el joven de veinticuatro años con antecedentes penales (robo con fuerza en las cosas) en calidad de preso preventivo en el Centro Penitenciario de Cáceres, vino a resultar necesario cumplimentar unas diligencias en sede judicial.
Por lo que cursada la correspondiente orden de su traslado al edificio de los juzgados, hacia las 9:48 horas llegó custodiado en un vehículo policial a los estacionamientos subterráneos del Palacio de Justicia.
Tiró al suelo a los policías que le custodiaban
Uno de los agentes abrió la puerta del vehículo conductor para sacarlo, momento en el que recibió un fuerte impulso hacia atrás con la puerta que violentamente empujó el detenido tirándole al suelo, a la vez que su compañero, dirigiéndose a la puerta de salida del preso para apoyar la seguridad del mismo, fue igualmente atacado y fuertemente golpeado con una muleta por el detenido (quien nunca habría estado esposado en la conducción).
En ese momento salió huyendo del coche salvando velozmente la rampa de acceso al estacionamiento y, antes de que se cerrara completamente la verja de la entrada, por el hueco consiguió huir a la calle.
Alrededor de las 10.00 horas, con lluvia intensa y mal tiempo, se activó un amplio dispositivo policial de búsqueda con la participación de distintas unidades de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local.
Sobre las 13.20 horas el preso fue localizado en una vivienda de la falda de la Montaña. Los primeros en llegar fueron dos policías locales y dos nacionales, entre ellos el acusado, quienes directamente visualizaron al fugado escondido.
En un momento de esa persecución sobre terreno mojado y yendo el policía acusado más próximo al fugado, éste se vuelve hacía atrás y le tira una piedra que impacta en las dos manos con las que empuñaba su arma reglamentaria, que cae al suelo, si bien al seguir huyendo el preso con el otro policía nacional detrás, el acusado (sin recoger su arma reglamentaria) continúa la persecución, sacando entonces del bolsillo izquierdo del pantalón su arma personal privada (que guardaba sin funda), “no autorizada expresamente para su uso en el servicio policial”, dice la sentencia.
Disparó de forma accidental
El relato de los hechos continua con que el fugado corre delante, dándole la espalda al agente, el agente resbala y cae al suelo llevando la pistola particular en la mano izquierda con el seguro voluntario quitado y con el dedo en el gatillo, saliendo entonces un disparo que impactó directamente en la espalda del fugado quien en apenas unos instantes o minutos escasos cae al suelo herido de muerte.
Uno de los tres miembros del tribunal, ha emitido un voto particular en el que se muestra disconforme con la pena impuesta y pide la absolución del policía al considerar que hizo un uso legítimo del arma y que la muerte fue por un accidente ya que disparó de forma accidental a un preso que se dio a la fuga
La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura.